viernes, octubre 17, 2008

Con la misma inseguridad que provocaba el egoísmo, practicando y mejorando cada vez más la forma de fingir que lo sabias todo y que ese lugar era perfecto. Daba por década, intuyo que eso es lo que me sorprendió. Al final logré concluir que la transparencia que tanto me gustaba y que me hacia permanecer tranquila solo existía a medias. Yo intentaba aclarar y de la forma más directamente posible ir reordenando el espacio, pero tú te aguantabas y al final tanta acumulación te hacia estallar y no lograbas ser suave como de costumbre.
Buscando la distracción menos preciada ibas olvidando y dejando lo único que estaba claro y era esencial tenerlo. Hasta hoy sigue siendo tan irónico el hecho de pensar en la calma, no se puede mencionar ni una palabra sin arrastrar lo oculto, es tan irónico barrer el suelo y darte cuenta que debajo de la tierra había mugre. Sin soluciones y solo exclamando pesadillas de las que no te esfuerzas por despertar y solo te preocupas de remarcar lo terribles que son y no te cansas de sentirte solo cuando en verdad estás apretado de personas que intentan construir los más lindos pensamientos para ti.Es lo que mejor entiendo, como al pestañear sientes que tus ojos se vuelven asperos, lo entiendo tan bien, no se por que quieres que no lo entienda y dices que no lo hago.
Sí, esa inseguridad con la que creas tu egoísmo es justamente la que mejor entiendo, y eso me da razones suficientes para mover desde atrás el corazón o hacer de marca-paso, porque estás cansado y el sonido de tu respiración se escucha de otros mundos, no quiero que te agotes totalmente, atrás del corazón correré para que del pecho salga sonido, no pienses más por un momento y sabrás lo que en verdad no hay de que temer; sin mucho esfuerzo sentirás como se mueve todo a tu favor y como es la agradable sensación de seguridad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no sé cómo haces para combinar de perfecta forma tus penas y rabias con tu dulzura.
Linda :)