Parti estando despierta, preocupada de la incómoda situación. Mi mente tartamudeaba lo complejo del ritmo cardiaco de aquello. Me sentia disgustada pero mi cuerpo no queria estarlo, queria pasar esa inútil etapa de ánimo inquietante, era solo un paso a profundidades nuevas el que tal vez presentí.
Un pequeño lapsus para hacer volar lo que está de más, me costo pasos para llegar a los sueños; Mi primer cuerpo que cayó, no pude evitar que lo hiciera, el peso era más de lo que pensaba y cayó de espalda observando pequeños puntos en el mismo cielo de siempre. El segundo, intentaba equilibrarse pero la verdad es que lo deje caer, sus tambaleos me mareaban y no era una existencia trascendental de la cual apenarse. La tercera fue diferente. La tercera aun rodea mi cabeza. Me pidió que la dejara, que la olvidara y arrojara por aquel bosque de imaginación previo al dormir más puro; no le gustaba mi disgusto pero tampoco le resultaba la idea de despegárselo.
Al contrario mio, terminó estando despierto. Amaneció mil veces sin haber pegado sus pestañas rebentándose de perdones e ironias que para todos eran ciertas menos para si mismo y su dueña; yo.
Quedamos sin movilidad, agobiados de disturbios a los que analizar para poder rearmar y realmente aplicar una simple historia; cai junto a ese cuerpo, comencé un sueño y en él su mutación, esta vez más profunda y menos pestañable. Alboroto en el lugar presiento que innundará pixeles inquemables, luces que no se apagan; Una tal fantasia es la verdad.
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