Para mi siempre fuiste más que un detalle. tal vez la reacción nos tornó cielos de mil colores, cada rincón de nuestros cuerpos era un misterio que no tardábamos en descubrir. Sabias mi secuencia de movimientos, los que no tardaban en enloquecerte hasta el punto máximo de hacer brotar una sonrisa en mi húmedo rostro desolado. Nuestras lluvias más que resfriarnos, nos limpiaban. Tal vez eso era lo que nos hacia empezar una y otra vez más cuando estabamos al borde de ser máquinas rendidas. Nos costó, pero aun así lo logramos, logramos lo que siempre quisimos, de una forma mucho más especial que como imaginabamos. A veces se le ablanda el corazón a la vida y nos hace cosquillas para que volvamos a brillar. Nuestros nuevos rostros eran sinceros, esta vez había resultado bien, lo sabíamos. Al rededor la gente pasaba sin darse cuenta de nada, yo muy callada estaba, aun no lo creia verdad. me sentí realmente feliz en ese momento, de verdad que muy feliz. No lo demostré, como tantas otras veces donde mi frialdad se apodera del mundo, queriendo congelarlos a todos. Fuiste un ingenioso sol que derritió la temperatura baja, anundando tus brazos d forma tan tierna y transparente a mi espalda. Como olvidar ese momento, inmenso, lleno de nuevos sueños, lleno de viejos recuerdos que ahora volvían a vivir. Siempre tuviste esa extraña característica de ser inolvidable. Tal vez por esa extraña razón llegaste a mi vida y formaste parte sin fin. Y quizás por eso hoy sentí ese dolor en el pulmón, minutos antes de saber que te marchabas.

Anoche entre el insomnio y los recuerdos navegabas en mi habitación, sentía que las paredes en algún momento se iban a caer de tantos recuerdos albergados ahí. Es que el corazón sabe cuándo algo no anda bien. El corazón sabe cuándo traer los mejores recuerdos, en los últimos segundos de estar en un punto fijo de eléctrica paz. Y aunque ahora ya estés en un mejor lugar, quiero contarte que te quiero, más de lo que siempre creiste, que fuiste una persona quien lleno muchos espacios vacios en mi vida y que creó nuevos espacios de felicidad, quien luchó contra mi desagradable orgullo y lo cambió por un "volvamos a intentarlo".

Ahora, solo queda gritarte una sonrisa, leerte un beso en la mejilla y desearte una buena estadía en las estrellas. Solo queda mirarte con el corazón, con las ganas de seguir adelante tal como siempre lo lograbamos juntos. Si, juntos.

Aunque a veces la vida nos llene de sorpresas o sea envidiosa y nos quite a las buenas personas como tú, nunca dejaré de agradecerle a la vida por haber cruzado de forma tan profunda nuestros rumbos, el tener unos pies al lado de los mios que siempre estaban dispuestos a acompañarme, como si no se cansaran de correr, de vivir, de enloquecer y de sonreir jamás. Eras la pequeña ovejita maga, que con un toque de dulzura lograba todo lo que queria. No hay compañias como la tuya, ni horas, ni tiempos como los que con cada momento entregaste al máximo. eso era lo que más admiraba de ti, tu entrega completa, el jamás tener miedo a expresar su amor hacia la gente que amaba, y siempre sonreir, aunque fuera la época más fría de año. Es que no puedo dejar de recordar, y es que no podré terminar ni dejar de recordar jamás, porque lo que me diste, las sonrisas, los espacios y el amor son infinitos, y todo gracias a que jamás te cansaste de demostrar y de conseguir lo que tú querias, eras capaz de todo.

De verdad no paro de encontrarme con más de esos días llenos de aventuras y de estar haciendo nada de la mejor forma.

Porque después de todo nunca disfruté más una reconciliación que contigo.. y nunca pensé que pudiera llegar a ser tan sinceramente cierto. Nunca disfruté más un último abrazo, un último nos vemos, un último te quiero.

QEPD Patricio Carrión .