a veces hay que tener cuidado con los sueños, porque se pueden hacer realidad. no quiero irme. esta vez busco detalles que me amarren por un largo tiempo aqui. tengo que salir a buscar alguna mirada que me llene en primavera, necesito una conversa pendiente, un viajero que vuelva, una amarra que me haga amar el encierro de las cordilleras.
y es que esta vez es distinto, parece que aprendí de verdad a extrañar, tanto asi que no quiero ser el objeto que se vaya, porque no quiero convertirme en un objeto, en una carta, en una pantalla parlante. quiero dar abrazos, decir a los ojos un te quiero, tener una mano que me levante, ser un oido que escuche conciertos de alegrias y tristezas.
tengo miedo, por eso no quiero irme. miedo a perderlo todo, a quedar hundida en el olvido que propone la distancia, miedo a mirarme y ver mi sombra sin compañía, y algún día volver y ver que el rumbo de todos es al revés mio, que muchos ya construyeron y hecharon a volar sus sueños, y que yo con los pies pegados en el centro de la tierra aun no logro mi metamorfosis.
no quiero irme, porque sé que todos olvidan. no quiero irme, porque sé que yo también olvido.
1 comentario:
yo tampoco quiero que te vayas, también tengo miedo de la memoria de la gente.
no te vayas, no ahora...
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